Barinas | Apagones mantiene en jaque a la producción agropecuaria en Barinas

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Transparencia Venezuela, 8 de mayo de 2019.- Nos encontramos a un año de completar la segunda década del Siglo XXI, la bien llamada época de los avances y desarrollos tecnológicos, la era digital. Mientras así ocurre en otros países, en la Venezuela de hoy estamos quedando rezagados, retrocediendo a la centuria del más profundo oscurantismo.  

Las penurias a las que no han expuesto, como las interrupciones con el suministro de energía eléctrica, por ejemplo, están afectando seriamente la labor de los productores agropecuarios de nuestro país. Esos que se levantan en la madrugada, 3 ó 4 am, para iniciar la faena, los que asumieron el trabajo en el campo como su forma de vida, los que nos proveen de alimentos,  ese sector tan atacado directa e indirectamente.

En Barinas los sinsabores no se hacen esperar.  Un productor de leche mediano, aquel que cuenta con un ordeño de 500 a 1.000 litros diarios, y que requiere refrigerarla para su salida al mercado cada dos o tres días. Esa persona que pasó de cobrar entre 1.200  y 1.400 bolívares por litro a percibir entre 700 y 1.000 bolívares por parte de la empresa procesadora, según precios registrados en el estado para la segunda semana de abril. Ese mediano productor debe reinventarse en medio de los contratiempos en el sistema  eléctrico. Si esa persona no cuenta con planta eléctrica, debe entregar su producto diariamente al mejor postor, a un precio mucho menor.

Bregar sin electricidad

Adicionalmente, ese productor debe ordeñar las reses a como dé lugar. Una vaca con una producción de entre 10 y 20 litros de leche, que interrumpe su rutina, puede sufrir una pérdida de pezones y bajar su rendimiento a 5 litros. Luego de eso, no puede recuperar su capacidad o nivel óptimo de producción.

A su vez, el trabajador tiene que bregar con el alimento animal que sigue incrementando su valor, con los empleados a quienes debe proveerles la comida, con la reparación o sustitución de equipos que se dañan, que debe pagarlos a precios exorbitantes.

Ante el incremento de las fallas, de los bajones y del racionamiento eléctrico, producto de la ineficiencia y de la corrupción, quienes continúan pagando los platos rotos son los productores del campo.

¿Qué ocurre con el rebaño de cría si no tiene agua? Puede morir de sed.  Ese mismo rebaño de ordeño requiere de motobombas o plantas eléctricas que envíen el agua a los distintos bebederos cuando falla la electricidad. Esto implica, de igual manera, el uso de combustible para extraer el agua de la tierra.

La delincuencia saca provecho

¿Y qué ocurre con las cercas cuando no hay electricidad? En Barinas, la mayoría de las fincas cuentan con cercado eléctrico que impide que el ganado pase de un potrero al otro.

En la zona de Canaguá, de acuerdo a los datos que registra la Asociación de Productores Rurales del estado Barinas (Asobarinas), la situación se ha visto complicada porque pueden estar hasta cuatro días sin luz, lo que se traduce en la pérdida de alimentos.

La producción se ve afectada porque las cercas eléctricas pierden su potencia, los animales rompen las líneas y el costo del daño es irreversible. También implica pagar nuevos contratos de entre 300 a 400 mil bolívares por kilómetro, sustituir los alambres eléctricos y adquirir todos los insumos necesarios que son sumamente costosos.  

Cuando falla la electricidad, el ganado se mezcla, lo que quita tiempo, requiere esfuerzo y dinero. Los delincuentes hacen de las suyas, incrementándose el robo y abigeato en las zonas rurales, sin contar con el ataque frontal contra la producción a través de la quema de fincas.

Para algunos invertir en una planta eléctrica se convirtió en una prioridad, todo a costa de garantizar la operatividad, pues se ha convertido en la herramienta vital para tratar de sostener la producción.

Barinas, una región con carácter rural, tiene zonas de producción donde gran parte de los productores se dedican a la elaboración de quesos. Cuando las grandes empresas como Nestlé,  Leche Táchira, y otras industrias barinesas ubicadas en Santa Lucía o Barinitas, postergan la compra del producto eso afecta seriamente a los productores.

José Labrador, presidente Asobarinas, la cadena de recolección del producto no está siendo efectiva porque al industrial lechero,  que se encarga de envasar leche líquida, le cuesta llegar al centro del país y no envasa porque no recibe los pedidos necesarios.

El mercado está contraído. El que puede envasar o elaborar queso madurado prefiere reducir los riesgos y bajar la producción. Se sigue incentivando el trabajo a pérdida.

Los productores de la zona de San Silvestre, municipio Barinas, han sufrido como el resto de la región. Tienen problemas para colocar productos perecederos que el consumidor tiene miedo de adquirir  como la carne, la leche, los huevos.

¿A quién se le vende el producto? El gran mayorista que antes recibía 2.000 kilos de queso ahora prefiere no comprar, porque eso implica su refrigeración y no cuenta con fuentes alternativas de electricidad u otra fuente de energía.

Para un productor miembro de la Asociación de Productores Agadeca, de la zona de Capitanejo, municipio Zamora del estado Barinas, la situación no varía. “Con este  problema de electricidad no tengo información de nada, en mi sector pasamos la mayoría del tiempo sin electricidad, nuestros rebaños han sufrido por agua, la mayoría requieren bombas eléctricas y sin gasolina, hacemos lo que podemos”.

También hay casos de retaliación política. Uno reciente es del productor Rogelio Peña, ex alcalde del municipio Barinas, quien – de acuerdo a  una nota publicada en días pasados en el portal de noticias El Pitazo– fue objeto de una medida arbitraria, pues por decisión de un jefe de Corpoelec en la gerencia regional, se dejó “sin energía eléctrica durante una semana” a la finca La Arboleda, propiedad de la familia del ex funcionario.

Los hechos ocurrieron entre el 30 de marzo y el 07 de abril. “Peña, al igual que muchos productores que tienen sus propiedades en la vía a El Toreño, sector del municipio Barinas donde Petróleos de Venezuela (Pdvsa) tiene parte de sus instalaciones, posee un contrato de servidumbre según el cual, el propietario de la finca se compromete a mantener despejado el acceso, a preservar las instalaciones y otros compromisos, mientras que la empresa, como contraparte, le presta el servicio de energía eléctrica. El afectado presume que su posición de opositor tiene que ver con lo que le pasa. En el 2003, le invadieron la finca Santa Rita y 11 años después, en el 2014, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia ordenó devolver el Hato Santa Rita a su dueño original, Rogelio Eliecer Peña Aly,  ex alcalde del municipio Barinas. Todavía espera entrar a su predio que sigue ocupado por los invasores”.

Este  es el panorama de los llanos venezolanos. Es la realidad país que lucha por mantenerse produciendo en medio de las adversidades.

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