Guayana: Sistema Biométrico deja grandes incógnitas en su primera semana de aplicación

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Transparencia Venezuela, 9 de octubre de 2018Al sur del país, en el estado Bolívar, el nuevo sistema de pago de la gasolina deja una estela de dudas y confusión en su período de prueba, no solo en los ciudadanos sino en los mismos funcionarios del Estado desplegados para manipular los dispositivos.

La coordinadora de nuestra organización en esa entidad retrata esta situación que suma angustias a los venezolanos, mientras se impone la desinformación y los “bomberos” que dispensan la gasolina cobran lo que se les antoja por el combustible. A continuación su relato:

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Es lunes 27 de septiembre en Ciudad Guayana, y hace calor, tanto como siempre. Observo el medidor de gasolina, es hora de ir a poner combustible y enfrentarme a la que supongo será la transición de pagar con billetes a pasar la tarjeta bancaria. Mi carro es un sedán y solo tiene capacidad para 45 litros. Igual voy hacia la cola haciendo cálculos mentales de cuánto tendré que pagar con el nuevo precio y sin carnet.

Quiero hacer un recorrido por las bombas de Puerto Ordaz para ver el tan cacareado inicio del cobro del nuevo precio de la gasolina que tiene a todo mundo temblando. Fui a siete estaciones de servicio, tres de ellas cerradas, sólo tres contaban con equipo biométrico. Una de ellas, la séptima, ubicada en la avenida de Castillito, tiene presencia militar que no permite que se hagan muchas preguntas sobre cómo va el proceso. Las colas en las que están abiertas son sorprendentemente cortas.

Luego de media hora de transitar, llego hasta la bomba de la redoma La Piña, una de las más concurridas de la ciudad por estar cercana a la zona industrial, junto a una amiga que me acompaña.

Allí tardamos menos de 7 minutos en una cola. Acerco el carro al pie del surtidor y miro para todos lados, buscando el fulano equipo biométrico. El bombero nos atiende con amabilidad, y cuando le preguntamos por el aparatico, nos señala a un joven como de 18 años, con una camisa roja que relumbra en el calor guayanés y con una leyenda alusiva a su labor de controlador del equipo. Es parte del programa gubernamental de Chamba Juvenil.

Con toda la paciencia del mundo explica que el sistema de Biopago es como un punto de venta, que escanea el Carnet de la Patria y tu huella digital, y si la persona no porta el documento, con colocar el número de cédula será ubicado dentro de la data del sistema Patria. Indicó que cada isla tendrá su propio equipo biométrico, que es fabricado en China.

El chico no sabe cuántos litros por persona podrá colocar el carnetizado al mes, tampoco maneja precios de cuánto cuesta el litro subsidiado, ni el normal, tampoco conoce la fecha para cuando realmente empezará a funcionar el sistema.

Como ya cargamos el tanque, al preguntar el precio el bombero nos dice: Deme lo que tenga por allí. Rescato un billete de 100 mil Bs.F del fondo de mi cartera y se lo entrego. A Marcos Valverde, el novio de mi amiga, que cargaba en otra estación de servicio, el bombero le cobró 22 bolívares soberanos, uno por cada litro, es decir 21 más que a mí por un tanque entero. Aura Cequea, manifestó que canceló con 2 billetes de 1000 Bs.F y un pan que cargaba con ella. Es decir, en Guayana los bomberos ponen el precio, según les caiga bien o mal la persona que pone el combustible.

Seis días más tarde

Es viernes 31 de septiembre. Aunque me falte solo un cuarto del tanque de la gasolina, decido vivir otra vez la búsqueda de gasolina. Hago el recorrido del principio de semana y cuatro de las bombas están cerradas pero no son las mismas que el lunes. El cierre es como aleatorio. Ruedo unos 10 minutos hasta llegar a la Avenida Las Américas, frente al parque La Navidad y escojo la bomba porque es la más cercana a casa. Para mi sorpresa, la cola es mínima. Son alrededor de 25 carros que avanzan con calma. Esperaba un ciempiés de vehículos que cubre más de cinco cuadras, como se han visto en algunas ocasiones anteriores.

Un joven que va de copiloto en el carro que hace la fila a la izquierda de mí, baja el vidrio y me pregunta: “¿Señora, tendrá una moneda de 1 soberano que me regale?”. Le sonrió y niego, porque solo estoy acabando con los pocos billetes de 100 mil de viejo cono monetario que me quedan. Luego ya no sé cómo haré para pagar.

Hablo con el bombero y le pregunto por los chamos del plan Chamba Juvenil. Se muere de la risa y me los señala con la boca: “¡Mire donde están!”. Volteo y observo a un muchacho y una muchacha uniformados de rojo, que están aprovechando la sombra de una matica para protegerse del sol inclemente, sudorosos, con cara de hambre, ya agotados de la jornada. “¿Quiere practicar? Para eso es que sirve ese aparatico, solo para practicar”, y se voltea entre risas.

La primera semana de la aplicación del sistema biométrico deja más preguntas que respuestas en Ciudad Guayana. No se sabe si esos equipos chinos soportaran el trasiego de una ciudad tan grande, tampoco se conocen las posibilidades de conectividad ni de fallas de los mismos. Una de las grandes incógnitas es el precio del litro de gasolina, y aun cuando no se conoce, ya se han experimentado incrementos notorios en precios de la comida que viene por tierra desde Los Andes y en el pasaje urbano. Habrá que ejercitar la paciencia, para conocer la respuesta a tantas dudas pendientes, porque el panorama no es absolutamente claro.

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