¿Alergia? ¿Gripe? ¿Catarro?
En Venezuela es difícil tener un diagnóstico oportuno, por simples que sean los síntomas. Hasta un estornudo puede ser fatal.

La corrupción se ha convertido en el más letal virus que ataca a todos los venezolanos. La pandemia sólo ha agravado esta terrible situación.

Venezuela es uno de los países de América Latina con el peor manejo informativo de la emergencia sanitaria por Covid-19 en los temas relativos a contratación pública de medicinas, equipos y materiales médicos.

Desde el inicio del decreto por pandemia, Transparencia Venezuela alertó sobre las graves limitaciones de acceso a la información pública y los riesgos de corrupción que esto representa en el manejo de los recursos para atender la crisis.

En el momento en que más datos se necesitan para salvar vidas, la opacidad y el secreto son la norma. No existe información pública disponible sobre los contratos suscritos; la cantidad y especificaciones de las medicinas e insumos médicos comprados; así como el precio, forma de pago y demás términos de ejecución. Tampoco se cuenta con información oficial sobre la realidad del personal de salud.

No existe información pública sobre la inversión para la adquisición de equipos médicos o para su mantenimiento preventivo y correctivo, así como para la infraestructura hospitalaria.

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