1. Enseriar las cuentas

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Responsables de aprobar y ejecutar este primer paso:  

 

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  • Presidencia de la República.
  • Ministerio de Finanzas.
  • Oficina Nacional de Presupuesto
  • Ministerio de Salud.
  • Asamblea Nacional como órgano que aprueba la Ley de Presupuesto y con responsabilidades de control de ejecución
  • Contraloría General de la República como apoyo en la supervisión.

 

Existe una baja rigurosidad en la elaboración del presupuesto, no hay información sobre la ejecución de los recursos en cada órgano de salud, el déficit presupuestario se enmienda con créditos adicionales de forma discrecional y la rendición de cuentas es vaga, genérica y sin detalle acerca del cumplimiento de metas e indicadores del uso de los recursos invertidos.

En ninguna página web se encuentra disponible cuál es el inventario del sistema de salud, las metas previstas, los sistemas de calidad que se quieren alcanzar, los indicadores de reducción de los problemas más graves de salud como la tasa de mortalidad infantil, epidemias, porcentaje de la población que se quiere atender con las jornadas de vacunación, cómo se implementa la prevención de determinadas enfermedades, por ejemplo, el cáncer de mamas, en el que existe una relación directa entre la prevención y el diagnóstico de la enfermedad.

Esta falta de información profundiza los riesgos de corrupción en salud y hace muy difícil hacer seguimiento y evaluación a la gestión y el sector público no muestra programas de rendición de cuentas suficientes.

En este primer paso presentamos dos acciones básicas:

La realización de tres auditorias:

  1. Auditoría de recursos, bienes, equipos, que permitirá al país saber con qué se cuenta en el sector salud, sin que sea una información secreta solo para los altos funcionarios. b. Auditoría de necesidades que nos permitirá conocer con rigurosidad cuales son las contrataciones necesarias, qué dinero se necesita, cómo debe ser manejado en el corto, mediano y largo plazo y cómo se deben hacer las inversiones para cubrir los déficit, es decir, que hace falta.
  2. Auditoría de procesos, lo que permitirá identificar los incentivos y procesos que generan riesgos de corrupción y de esta forma generar modelos, políticas y criterios para priorizar.
  3. Planificación de un presupuesto real:

La inversión que se hace desde el presupuesto nacional en salud es inconsistente con las necesidades reales.

El Ejecutivo es responsable de elaborar el presupuesto de la nación y por ende al momento de construir el presupuesto para 2014, sabía que la inversión en 2013 para salud ya alcanzaba los 57 mil millones de bolívares y aun así destinó 41 mil millones de bolívares para el año en curso, con el agravante de una inflación cerca del 70 % este año. Es decir, a la aprobación de la Ley de Presupuesto, el Ejecutivo sabía que era deficitario, contando con la herramienta de los créditos adicionales resolviendo al estilo “como vaya viniendo vamos viendo”. Esto representa una puerta de entrada a la corrupción.

El programa anticorrupción en salud debe incluir la aprobación de los recursos necesarios para cada año, con estimación de las necesidades reales, y la factibilidad de cumplimiento. Que las metas en el presupuesto de cada proyecto y de cada organismo adscrito al sistema de salud estén construidas con indicadores de logro y no solo indicadores de esfuerzo, por ejemplo, que no indiquen que van a vacunar a 1000 personas, sino que van a reducir en 10% la rubeola.

Los créditos adicionales deben ser usados solo como excepción para cubrir los errores de una planificación deficiente o algún imprevisto que se presente

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