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Historia 3

En Pdvsa aumentan los inventarios… de promesas incumplidas

La empresa estatal venezolana recibió altos ingresos y aseguró ejecutar grandes inversiones en el sector petrolero y gasífero durante casi dos décadas. Sin embargo, hoy son pocos los resultados a exhibir de los cientos de proyectos que planeó, incluso con socios extranjeros. En contraste, ahora el país debe ser auxiliado con gasolina iraní ya que no puede producir el combustible localmente y parte de la población se ve obligada a cocinar con leña debido al déficit de gas doméstico

AHIANA FIGUEROA/CARLOS CAMACHO

Transparencia Venezuela

Transparencia Venezuela, julio 2020. “Defender la soberanía por encima de todo y diversificar la economía del país”. A grosso modo, esas son las grandes promesas incumplidas por Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en manos del chavismo durante los últimos 20 años.

Dos décadas después de que Hugo Chávez llegara a la presidencia de Venezuela e iniciara el camino para tomar el control de la principal empresa estatal, el país pasó a requerir de otras naciones para poder tener combustible y su economía no ha logrado diversificarse.

Una revisión a los tres planes para Pdvsa que presentaron los gobiernos de Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro, deja en evidencia que además de la defensa de la soberanía y la diversificación de la economía, hay una larga lista de ofertas que no llegaron a concretarse. Desde el aumento de la producción petrolera y gasífera, hasta el incremento del parque refinador, son decenas los objetivos incumplidos.

En 2005, durante la gestión de Chávez se presentó el Plan Siembra Petrolera en el que se afirmaba que: “Pdvsa es la base fundamental para la diversificación de la economía en el país, orientada a convertir a Venezuela en el principal proveedor de crudos pesados a nivel mundial y de gas en la región, con una visión socialista y responsabilidad ambiental”.

Dos años después, en 2007, Chávez junto al exministro y expresidente de Pdvsa, Rafael Ramírez, implementó el plan Plena Soberanía Petrolera, con el que se decretó el fin de la apertura iniciada en el sector en el año 1992 que dio cabida a los privados. Con esa nueva estrategia el Estado se abrogó la mayoría accionaria en todas las empresas mixtas y renacionalizó la Faja Petrolífera del Orinoco.

Con esa nueva estrategia el Estado se abrogó la mayoría accionaria en todas las empresas mixtas y renacionalizó la Faja Petrolífera del Orinoco.

Afirmaba Chávez en su momento que, al ser el Estado el mayor administrador de sus recursos naturales no renovables y de sus ingresos fiscales, éstos debían materializarse en inversión social en beneficio del pueblo venezolano. Pero los ingentes recursos que ingresaron al país por una década y que sumaron más de 1 billón de dólares, no se tradujeron en mejoras para la población. La economía venezolana perdió 70% de su tamaño en un período de seis años, hay una hiperinflación que está a punto de cumplir los tres años y la calidad de vida se ha visto más deteriorada con el colapso de los servicios públicos.

Al mandatario Nicolás Maduro también se le presentó un proyecto: el Plan Estratégico Socialista de Pdvsa 2016-2026, el cual establece como objetivo estratégico: “Transformar a Pdvsa para que la República Bolivariana de Venezuela trascienda de ser un país exportador de materia prima hacia un país potencia, industrializado, con una sólida estrategia de seguridad energética y soberanía tecnológica, donde el desarrollo territorial y la suprema suma de felicidad del pueblo venezolano sean la meta”.

Estos objetivos tampoco se han concretado. En 2020 Venezuela es el país más pobre de América Latina, de acuerdo con las cifras de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida y sus ciudadanos protestan para exigir la mejora de los servicios de salud, agua, electricidad, transporte, gas doméstico y gasolina.  

Rumbo a los 6 millones

De las muchas otras promesas ofrecidas por Pdvsa resalta quizás la más importante desde el punto de vista operativo y pilar fundamental de toda industria: elevar la producción de petróleo a 6 millones de barriles diarios (b/d).

Este ofrecimiento se hizo acompañado de otro objetivo, que unos 4 millones de b/d de ese total se extraerían de la Faja Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez Frías.

Hoy, fuentes oficiales aseguran que de los 3,3 millones de b/d que llegó a producir Pdvsa en el año 2014, actualmente produce 393.000 b/d.

Recuperar la infraestructura de las refinerías para garantizar el abastecimiento al mercado interno, también fue una constante en los tres planes que promocionó la industria. Se propuso además construir otras refinerías a través de alianzas con socios internacionales.   

Sin embargo, la crítica situación del abastecimiento de gasolina en el país desde 2018 hizo que Pdvsa intentara reactivar la producción de unas refinerías casi paralizadas, a través de una práctica inusual en cualquier industria petrolera: utilizar partes y piezas de unas plantas para solventar los problemas técnicos de otras, lo que se conoce como “la canibalización de las refinerías”.

 El Complejo Refinador de Paraguaná (conformado por Amuay, Cardón y Bajo Grande), el Complejo Petroquímico de Jose, la Refinería El Palito y la Refinería San Roque están operando muy por debajo de su capacidad instalada. Las seis refinerías del país pueden producir 1,3 millones de barriles diarios, pero solo están procesando 45.000 barriles de gasolina por día, según fuentes del sector.

 

Datos de Pdvsa señalan que en 2016 el consumo de gasolina en el mercado interno era de 230.000 barriles diarios, para continuar con una caída sostenida hasta llegar a 80.000 b/d a comienzos de 2020. Pese a que la demanda cayó, la oferta sigue estando por debajo.

Auxilio gasolinero

Durante años se afirmó que por ser Venezuela un país petrolero, los ciudadanos debían ser correspondidos con gasolina barata. Pero es sabido que esta premisa ha generado más males que beneficios. Años y años de vender el litro de la gasolina a un precio muy por debajo de los costos de producción, trajo como consecuencia el contrabando de extracción y la escasez de combustible.

Analistas petroleros han señalado que aproximadamente 30% de la gasolina que se producía en el país salía de forma ilegal por las fronteras.

A lo largo de los años se han realizado investigaciones y detenciones por el contrabando de combustible y en varios casos destaca la participación de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana y de la misma Pdvsa.

Entre los casos más recientes resalta el desmantelamiento de una red de contrabando de gasolina en el estado Táchira en septiembre de 2019, por el cual fueron detenidos 17 funcionarios, entre ellos, cinco de la estatal eléctrica Corpoelec, 10 de Pdvsa y dos de la Guardia Nacional. Todos fueron acusados de cometer el delito de contrabando de hidrocarburos, corrupción propia y asociación para delinquir.

Cuando detalló ese caso, el ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz de Venezuela, Néstor Reverol, reveló que las mafias lograron ingresos superiores a 20 millones de dólares mensuales con el desvío de combustible.

En marzo de este año, otras 38 personas fueron detenidas por presunto contrabando de combustible, que era transportado por el buque Negra Hipólita. Entre las personas detenidas, se encuentra Oswaldo José Vargas Peña, el presidente de la filial PDV Marina (empresa naviera encargada del transporte marítimo y fluvial de hidrocarburos), los 30 tripulantes de la embarcación y seis miembros más de su despacho. Una nueva modalidad de contrabando sorprendió a todos, como fue el trasegar 126.000 barriles de combustible de una embarcación a otra en pleno mar.  Una maniobra que solo empleados petroleros muy expertos pueden ejecutar.

Mientras esto ocurría y las refinerías del país se paralizaban por la caída de la producción petrolera y falta de mantenimiento, Venezuela pasó de ser un gran exportador de combustible y derivados a importar cada vez más gasolina.

Según datos de la Agencia Internacional de Energía, Pdvsa pasó de exportar US$ 12.691 millones en gasolina para motor en 1998, a US$ 684 millones en 2017 (último año en el cual la petrolera envió datos a esta organización). Durante la era chavista, el año 2000 fue el período de más alta venta del combustible con US$ 7.237 millones.

A partir del accidente en la refinería de Amuay, la petrolera estatal comenzó a incrementar la importación de gasolina. De acuerdo a la data del Banco Central de Venezuela (BCV), Pdvsa pagó US$ 13.308 millones en compras externas de combustible y derivados en 2018, siendo el año de mayor gasto en importaciones por este concepto.

Las sanciones financieras y petroleras del gobierno de Estados Unidos contra la administración de Maduro impidieron a Pdvsa seguir negociando contratos de combustible en el exterior. Esta situación hizo que, para paliar la fuerte escasez en el país, se acordara con Irán, la llegada de 1,5 millones de barriles de gasolina en cinco buques que arribaron en mayo pasado, pero que abastecerían el mercado interno por un mes aproximadamente.

Los socios ayudaron, pero…

Durante su gestión como presidente, Chávez decidió que Pdvsa debía cambiar su modelo de negocio y ocupar la mayoría accionaria de todas las empresas mixtas que constituyeran en el sector de los hidrocarburos. Entonces, sacó a casi todas las compañías petroleras extranjeras del país, política que le ha costado muy caro a Venezuela en términos de producción (bajó en un 75%) y pleitos legales en tribunales internacionales.

Años más tarde, Nicolás Maduro se vio obligado a descontinuar esta polémica y costosa política ante la debacle de la empresa estatal. Después de que socios americanos y europeos fueron sacados abruptamente, se vendió parte de los proyectos a chinos y rusos.

Uno de estos casos es Petromonagas, donde la petrolera Rosneft elevó su participación accionaria de 16,67% a 40% con una transacción de 500 millones de dólares. También pasó con Sinovensa, donde Pdvsa se vio obligada a vender 10% de esa empresa mixta a la Corporación Nacional de China (CNPC) para saldar una deuda.

En mayo de 2020, por las sanciones de Estados Unidos, Rosneft se retiró de Venezuela, tras invertir un estimado de 20.000 millones de dólares, en cinco empresas mixtas que llegaron a producir 170.000 b/d de crudo y que tenían el potencial de subir a 1 millón de b/d.

 

 

 

 

El economista y profesor del Baker Instituto de la Universidad Rice en Houston, Francisco Monaldi, sostiene que ya no es el “esfuerzo propio” de Pdvsa en solitario lo que mantiene la producción. Hoy en día son las empresas mixtas (con extranjeros) lo que ha evitado una caída mayor de su producción.

“Si se observa cómo cayó la producción en las operaciones que son del esfuerzo propio de Pdvsa, se ve una declinación mayor que la que se muestra en algunas de estas empresas mixtas como la de los chinos, los rusos o Chevron. Se puede decir que la caída ha sido menos rápida, gracias a estos socios”, apuntó Monaldi.

Y se esfumó el gas

“Diversos proyectos de envergadura convertirán a nuestra patria en una potencia exportadora de gas en Latinoamérica”, así se afirmó en cada uno de los planes presentados por Pdvsa en los últimos años.

Chávez acusaba a los gobiernos democráticos que lo antecedieron de descuidar el desarrollo de la cuarta reserva de gas natural más grande del mundo, y dar primacía al desarrollo petrolero. Para revertir eso, creó en el año 2000 el Ente Nacional del Gas (Enagas) cuyo primer presidente fue Rafael Ramírez, designado al poco tiempo a la cabeza de Pdvsa y del Ministerio de Energía y Petróleo. Parecía que “el gas iba a materializarse”, bromeaban en Pdvsa por esos años.

En la misma gestión de Chávez se empezó a importar gas natural desde Colombia a través del gasoducto Antonio Ricaurte, quizás el único proyecto gasífero que se concretó en 21 años, y a través del cual se esperaba “revertir el flujo” y mandar gas venezolano a Colombia. Diez años después, eso aún no ha pasado. ¿Y Ramírez? Después de pasar una década a la cabeza de la industria petrolera y ocupar otros altos cargos, se separó del gobierno y desde el exterior denuncia malos manejos en el negocio del gas.

En 2020, el país padece de un déficit crónico de gas que empieza a nivel de producción en campo, que continúa con el procesamiento y se amplifica en la distribución, es decir, en todas las áreas del negocio.

Otra de las principales promesas en el sector gasífero era la de masificar el gas doméstico por tuberías para disminuir el uso de las bombonas de gas. Este proyecto nunca se llevó a cabo y ahora 80% de los venezolanos dependen del cilindro, cuando llega.

La escasez del gas en bombonas ha obligado a la población a usar otros medios para cocinar sus alimentos, que pasan desde las hornillas eléctricas hasta la leña y el carbón.

El proyecto Mariscal Sucre, el cual abarca cuatro enormes campos ubicados en el norte de la Península de Paria -Dragón, Patao, Mejillones y Río Caribe- era de los planes más ambiciosos del chavismo. Los cálculos hechos por Pdvsa indican que se requería de una inversión de 3.000 millones de dólares que podrían generar una producción diaria de 400 millones de pies cúbicos de gas.

Este proyecto pretendía abastecer de gas para la industrialización, la petroquímica, el gas doméstico y el sector eléctrico en el país, pero los resultados arrojan que nada de esto se logró: no hay gas para refinar, ni para cocinar.

En el inventario de proyectos gasíferos destacan otros que no se concretaron como la construcción del gasoducto Ule-Amuay, así como del gasoducto a los Andes.

Se recuerda además la construcción del complejo criogénico de occidente, el desarrollo de gas del eje llanero y el proyecto Delta Caribe de exportación de Gas Natural Licuado. Nada de esto se concretó.

A juicio del economista y profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), Antero Alvarado, los retrasos de los proyectos gasíferos de Pdvsa fueron producto de la inviabilidad económica y de los inconvenientes económicos por los que atravesaba su socio ruso.

“En un principio las ideas de estos proyectos gasíferos eran muy buenas. Por ejemplo, se esperaba resolver el cuello de botella de transporte de gas para el estado Zulia con gas que viene de Oriente y Cardón 4, así como el de llevar gas a los estados andinos que dependen totalmente del gas propano (en bombonas)”.

Con respecto al proyecto Mariscal Sucre, Antero destaca que, aunque aún trabajan en ciertas operaciones, todavía falta mucho por concluir. “Aún se deben concretar varios convenios, lo cual también se complica por las sanciones. Si hoy se pusieran de acuerdo, se podría estar produciendo en tres o cuatro años, si no, quedará enterrado”.

En 2017 Maduro reconoció que la industria no pudo avanzar en materia de producción gasífera.

“No hemos avanzado como se debe, Venezuela debería tener su capacidad para satisfacer las demandas de gas interno nacional y ser un país exportador de primera línea. Estoy seguro de que lo vamos a lograr, pero debemos ponernos las pilas y ser muy autocríticos”.

Tres años después, los venezolanos siguen a la espera.

Otras promesas

1.

Recuperar la infraestructura de las refinerías para garantizar el abastecimiento al mercado interno, manteniendo la confiabilidad y la continuidad en las operaciones.

2.

Profundizar la estrategia de diversificación de mercados con una meta de exportación de crudo para el año 2019 de 1.335 millones de b/d para el área de Latinoamérica y el Caribe y de 3.162 millones de b/d para Asia, especialmente China, India y Japón.

3.

Desarrollo del cinturón gasífero en Venezuela, promoviendo la evolución de las reservas e impulso de nuevas licencias de gas costa afuera. Desarrollar el Cinturón Gasífero Costa Afuera de Venezuela y alcanzar una capacidad de producción de 300 mmpCd para 2014 y 2.030 mmpCd para el año 2019.  

4.

Optimizar el uso de la flota de buques propios para el cabotaje de crudos, con la consecuente disminución del uso de buques fletados a terceros.

5.

Recuperación de los mejoradores Petrocedeño, Petro San Félix, Petropiar y Petromonagas.

6.

Nueva infraestructura de transporte y suministro de gas al sector eléctrico.

7.

Proyecto Complejo Industrial Gran Mariscal de Ayacucho.

8.

Acuerdo con la República de Trinidad y Tobago para implementar y ejecutar el Proyecto de Suministro de Gas Natural, desde la República Bolivariana de Venezuela, a través de una interconexión de gas desde el Campo Dragón, ubicado en el noreste del país. Esta alianza implicará la construcción de uno o más gasoductos.

9.

Construir cinco plantas termoeléctricas con una capacidad total de generación de 2.620 megavatios.

10.

Elevar producción de gas natural a 7.830 mmpCd para el año 2014 y 10.494 mmpCd para el año 2019.

11.

Proyecto de Conversión Profunda de la Refinería Puerto La Cruz, el cual industrializaría a partir de 2019, el crudo extrapesado de la Faja Petrolífera, mediante la implantación comercial de la tecnología venezolana HDHPLUS®, desarrollada por Pdvsa Intevep. Con participación de empresas de Corea del Sur, China y Japón. “Esta es la obra más grande que se ejecuta en nuestro continente en el negocio de refinación de crudos”.

 

 

 

 

 

 

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