Zulia | En Maracaibo lo más crítico del gas es lo rápido que aumenta su precio

Transparencia Venezuela,  27 de febrero de 2019.- Por raro que pueda parecer, la falta de gas no es un problema tan serio en Maracaibo como lo es en el resto del país. Cierto es que en Maracaibo se concentran graves distorsiones de los servicios públicos, pero la crisis nacional del Gas Licuado de Petróleo no ha tenido hasta ahora un impacto severo en la capital zuliana.

Desde luego, hay zonas de la ciudad afectadas por la inexistencia de redes urbanas de distribución o donde si las hay, su estado es precario debido a que el mantenimiento no es periódico. Las parroquias del oeste y el suroeste carecen en su mayor extensión de la infraestructura para que el servicio les sea provisto. Desde hace una década se registran las exigencias a Pdvsa Gas para la consolidación del tendido de tuberías de GLP en las zonas más pobladas.

La parroquia Francisco Eugenio Bustamante, la de mayor territorio en la ciudad, registra el número más abultado de demandas de servicio. Sin embargo, la Alcaldía de Maracaibo ha sostenido que esa populosa zona alberga también una cantidad crítica de tomas ilegales de gas doméstico, situación que contribuye a menguar la presión del servicio en la red.

Los residentes de Nueva Independencia, barrio densamente poblado de esa parroquia, por años han exigido la prestación del suministro de gas en la zona, donde se hizo común la cocina a leña debido a la audiencia de un servicio estable por parte de Pdvsa Gas.

En la parroquia Luis Hurtado Higuera, también al oeste de Maracaibo, comunidades muy populares como Integración Comunal solo reciben gas doméstico mediante la distribución de bombonas en camiones. Hasta allí no llegan las muy limitadas ramificaciones del viejo sistema de tuberías de GLP de Maracaibo.

Además de la compañía estatal, que solo surte por medio de red subterránea de distribución a cerca de 35 % de los hogares zulianos, el servicio de gas doméstico llega a más de la mitad de la población de Maracaibo por medio de la venta de bombonas. Estas proporciones son ligeramente distintas a las que resultan de la encuesta nacional realizada por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos en 2018, según la cual 79 % de los habitantes de 8 de las ciudades más pobladas del país compran “bombonas” para surtirse de gas licuado.

La consulta del OVSP también arrojó como dato importante que 95% de los usuarios del servicio de gas pagan las “bombonas” en efectivo, lo que en las circunstancias económicas actuales plantea mayores complicaciones para el acceso al gas de uso doméstico. Otro problema que adquiere relieve en los resultados de la encuesta es el acceso: 64 % de los venezolanos asegura que no recibe las bombonas en sus zonas de residencia.

En Maracaibo, este negocio se distribuye entre Gas Comunal, una filial de Pdvsa Gas, con aproximadamente 30% del mercado residencial local, y dos empresas privadas que suman dos terceras partes de la distribución comercial.

Justamente es la venta del gas licuado para uso doméstico lo que representa el aspecto reiterativo de los inconvenientes con el servicio en Maracaibo. Los habitantes de la ciudad plantean una queja constante sobre los precios de los recipientes pequeños y medianos, de 10 y 20 kg, respectivamente, que se usan en los hogares.

En los últimos 5 meses, los precios han aumentado hasta diez veces. El diario La Verdad ha informado que el precio de las bombonas aumenta un promedio de 4 veces al mes en la ciudad.

El servicio, además, se ha venido limitando a las zonas con mejor acceso vial por causa de las frecuentes averías de los camiones de distribución. Tanto la flota de vehículos de Gas Comunal como las de las compañías de comercialización privada se reducen progresivamente ante la ya crónica escasez de cauchos, baterías y repuestos.

En noviembre, el medio digital El Pitazo reflejó una denuncia local según la cual una “bombona” de 20 kg de gas para uso residencial costaba más que un salario mínimo.

Medio siglo sin cambio mayores en la red de gas

El gobierno municipal de Maracaibo cuenta con el Servicio Autónomo de Gas e Infraestructura (SAGAS), un ente que, de acuerdo con su director, Héctor Bracho Dávila, solo tiene por competencia el mantenimiento de red de tuberías, no su instalación.

La red de distribución es una responsabilidad directa de Pdvsa Gas, empresa que para surtir a la capital del estado Zulia cuenta únicamente con las instalaciones ubicadas en la refinería de Bajo Grande, al sur de la ciudad, y con un solo centro de distribución para la red local en la planta de generación termoeléctrica Ramón Laguna.

Debido a las demandas sostenidas de los habitantes del oeste marabino, SAGAS emprendió la limpieza y mantenimiento de una parte del tendido de tuberías de GLP en las vecindades a donde no llega el servicio de distribución por cilindros. El ente municipal había realizado el diagnóstico del estado de la red en 2018, pero solo hasta enero de este año ha puesto en ejecución el despeje de las obstrucciones y tomas ilegales que limitan o hacen ineficaz el servicio.

Maracaibo posee una red de distribución subterránea que no ha sufrido modificaciones y mejorías sustanciales desde hace 50 años, lo que impide la ampliación del servicio de gas doméstico al mismo ritmo y con la misma cobertura del crecimiento urbano de la capital del estado.

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