Las democracias latinoamericanas pueden reconocerse en ciertos rasgos político institucionales comunes a casi todos los países de la región: una marcada tradición hiperpresidencialista, alta concentración de poder en los Ejecutivos, la tedencia generalizada a la perpetuación en el ejercicio del más alto cargo institucional durante varios períodos, al tiempo que usos altamente discrecionales y favoritistas de los recursos públicos del Estado. Estos elementos funcionan, sin dudas, en un intrincado círculo de causales que se retroalimentan constantemente. Es un hecho descriptivo que, en nuestros sistemas políticos, la figura presidencial concentra de manera sustancial, el máximo caudal de poder institucional. Para nuestras formas de gobierno republicanas, esto debería ser un llamado de atención en tanto, dichos sistemas tienen o deben tener como rasgo definitorio, la división de poderes y el equilibrio entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, equilibrio que debe ser no sólo funcional sino sustancial.

Policy Brief “Tensiones en democracia: concientizando sobre el uso indebido de los recursos públicos”

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