Venezuela es percibido como el país más corrupto de América y el Caribe

El país repitió su pobre calificación de 2015, 17 puntos sobre 100, con lo que quedó relegado al último puesto de la lista de 32 naciones de la región y a solo 10 lugares de la peor posición en la lista global de 176 que integran la edición 2016 del IPC, considerado como el indicador de corrupción más usado en el mundo.

Canadá, con 82 puntos, Estados Unidos con 74 y Uruguay con 71 son percibidos como los más transparentes de la región por sus características de gobierno abierto, libertad de prensa, libertades civiles y sistemas judiciales independientes.

Joseph Poliszuk, Mercedes De Freitas, Fernando Fernández

(Caracas, 25.1.2017)  El Índice de Percepción de Corrupción (IPC) analiza la forma en que los ciudadanos de 176 países perciben al sector público, a través de un puntaje en el que 1 es “altamente corrupto” y 100 es “ínfimamente corrupto”. Se trata de un índice compuesto, integrado por una combinación de encuestas y evaluaciones sobre corrupción efectuadas por diversas instituciones independientes que se especializan en análisis sobre gobernabilidad y entorno de negocios.

La última calificación obtenida por Venezuela, de 17 puntos sobre 100, si bien no varía con relación a la de 2015, representa la peor en los 21 años en los que el país participa en la construcción del IPC. La más alta fue en el  año 2002, aunque apenas alcanzó a 2.5 sobre 10 puntos.

A nivel global, Somalia tiene los peores resultados del IPC 2016, con apenas 10 puntos esta vez. Sudán del Sur se ubica en el penúltimo puesto, con una puntuación de 11, seguido por Corea del Norte con 12 y Siria con 13.  En el otro extremo, Dinamarca y Nueva Zelanda muestran los mejores, con puntuaciones de 90, seguidas de cerca por Finlandia con 89 y Suecia con 88.

Al dar a conocer los resultados este 25 de enero desde Berlín, Transparencia Internacional alertó que 69% de los 176 países que participaron presentan calificaciones de menos de 50 puntos, lo que habla del carácter masivo y generalizado de la corrupción en el sector público. A propósito, la organización hace un llamado urgente a combartir esta desviación, que conlleva al reparto desigual del poder y de la riqueza.

“No basta con realizar ajustes técnicos a leyes específicas contra la corrupción. Se necesita implementar con urgencia reformas sistémicas profundas que puedan contrarrestar el creciente desequilibrio de poder y riqueza. Es necesario combatir la corrupción con urgencia, para que mejore la vida de las personas en todo el mundo”, enfatiza José Ugaz, presidente de la organización.

¿Por qué Venezuela está tan mal? Odebrecht y la Misión Alimentación, una muestra

Venezuela y todos los países que resultaron calificados como altamente corruptos, tienen como característica común la impunidad, gobernabilidad deficiente y fragilidad de sus instituciones.  En la presentación del Índice en nuestro país, Transparencia Venezuela, con el apoyo de abogados, periodistas y parlamentarios, abordó dos de los últimos grandes escándalos de corrupción: Odebrecht y las empresas brasileras y la Misión Alimentación.

Mercedes De Freitas, directora ejecutiva de la organización, señaló que Transparencia Venezuela hace seguimiento al caso Odebrecht y otras empresas brasileñas desde hace años y que a mediados de 2015, ante el escándalo de Petrobras, instó al Gobierno y luego ante el TSJ a entregar la información del nombre de las empresas, obras, contratos y pagos relacionados, sin obtener resultado. A propósito del reconocimiento de Odebrecht del pago de 98 millones de dólares a funcionarios venezolanos el 21 de diciembre del año pasado, exhortó a la Fiscalía General de la República a imprimir urgencia a la investigación para señalar responsabilidades e intentar recuperar los fondos públicos.

El caso de la Misión Alimentación es considerado otro caso emblemático de corrupción en el que unos pocos se enriquecen a costa de la mayoría. Con un seguimiento diario al tema, el capítulo venezolano de Transparencia demostró la falta de relación entre la inversión en la Misión Alimentación desde 2003 ($20.247.504.542) y los niveles de escasez que se reportan al día de hoy.

 

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