El debate sobre neutralidad de la red no se limita a una discusión entre reguladores y proveedores de servicios de internet (ISP). Las grandes plataformas de contenido digital —Netflix, Google, Amazon, Meta, entre otras— desempeñan un papel contradictorio y complejo, oscilando entre defensores acérrimos de la neutralidad cuando los beneficia y actores ambiguos cuando tienen intereses comerciales en juego.
Las Plataformas como Principales Beneficiarias de la Neutralidad
Las grandes plataformas digitales son, sin duda, las mayores beneficiarias directas de la neutralidad de la red. Su modelo de negocio depende fundamentalmente de que los ISP no puedan discriminar su tráfico, bloquear sus servicios o cobrarles tarifas adicionales por entregar contenido a los usuarios.
El Argumento de las Plataformas:
Históricamente, compañías como Netflix, Google, Amazon y Facebook han argumentado que la neutralidad de red es esencial para:
- Proteger la innovación: Garantizar que startups y nuevas plataformas puedan competir sin necesidad de pagar tarifas de priorización a ISP.
- Mantener internet abierto: Evitar que ISP actúen como “guardianes” que deciden qué contenidos llegan a los usuarios.
- Proteger la libertad de expresión: Asegurar que el acceso a información no dependa de acuerdos comerciales entre ISP y proveedores de contenido.
Durante las protestas contra la eliminación de neutralidad de red en Estados Unidos en 2017, más de 180 compañías tecnológicas —incluyendo Google, Amazon, Netflix y Facebook— participaron en el “Día de la Acción”, argumentando colectivamente que “dependemos de una internet abierta, incluidas reglas de neutralidad de red, que garanticen que las grandes compañías de cable no puedan discriminar”.
La Paradoja de Netflix: Cambiando de Postura Según Conveniencia
Netflix representa un caso emblemático de las contradicciones en la posición de las plataformas frente a la neutralidad de red.
2010-2014: Defensor Agresivo de Neutralidad
En sus primeros años, cuando Netflix competía contra servicios de cable tradicional y necesitaba acceso equitativo a usuarios, la compañía fue uno de los defensores más vocales de neutralidad de red, argumentando que sin ella, los ISP podrían ralentizar deliberadamente su servicio para favorecer sus propios servicios de video o cobrarle tarifas exorbitantes.
2014-2015: Conflicto con Comcast y Pagos de Peering
Sin embargo, en 2014, Netflix enfrentó ralentizaciones severas de su servicio en la red de Comcast, uno de los ISP más grandes de Estados Unidos. Tras meses de disputas, Netflix accedió a pagar directamente a Comcast por acuerdos de interconexión (peering) que mejoraron la velocidad de su servicio. Este pago no fue técnicamente una violación de neutralidad (porque ocurrió en nivel de interconexión, no en “última milla”), pero demostró que Netflix estaba dispuesta a pagar por priorización cuando era necesario para su negocio.
2017-2018: Retroceso Temporal
En 2017, cuando la FCC de Trump eliminó las protecciones de neutralidad de red, Netflix inicialmente suavizó su postura, con su CEO Reed Hastings declarando que “no somos super activistas en esto”. La razón: Netflix ya había crecido tanto que podía permitirse pagar por acuerdos de interconexión y CDN (Content Delivery Networks) propios, mientras que sus competidores emergentes no podrían.
Sin embargo, ante críticas públicas y presión de usuarios, Netflix volvió a defender neutralidad públicamente, tuiteando en 2017: “Estamos decepcionados con la decisión de destripar las protecciones de la neutralidad de red”.
2025: Posición Actual
En 2025, con el debate del “fair share” en Europa, Netflix mantiene públicamente su apoyo a neutralidad, pero invierte masivamente en CDN propias (Netflix Open Connect) que le permiten colocar servidores directamente dentro de las redes de ISP, logrando efectivamente priorización técnica sin violar formalmente neutralidad.
La Infraestructura Invisible: CDN y Peering
Un aspecto crítico que complica el debate es que las grandes plataformas no dependen exclusivamente de internet “público”. Han desarrollado infraestructura paralela que les da ventajas significativas:
Content Delivery Networks (CDN):
Plataformas como Netflix, Google (YouTube), Amazon y Meta operan CDN masivas: redes globales de servidores distribuidos que almacenan copias de su contenido cerca de los usuarios finales. Esto significa que:
- Cuando ves Netflix, el video no viaja desde un servidor central en California; viene de un servidor de Netflix ubicado dentro de la red de tu ISP local o muy cerca.
- Esto reduce latencia, mejora velocidad y disminuye costos de tránsito tanto para Netflix como para el ISP.
Acuerdos de Peering Privado:
Las grandes plataformas negocian acuerdos directos de “peering” con ISP, donde intercambian tráfico sin intermediarios. Estos acuerdos:
- Son técnicamente permitidos bajo neutralidad de red porque no discriminan contenido específico; solo optimizan la entrega.
- Pero crean ventajas estructurales para grandes plataformas que startups no pueden replicar: una startup de streaming no puede colocar servidores en miles de redes de ISP globalmente.
El Debate del Fair Share: La Gran Divisoria
El conflicto más intenso actualmente entre plataformas e ISP es el llamado “fair share” o “contribución justa”: la propuesta de que grandes generadores de tráfico (Big Tech) contribuyan financieramente al mantenimiento y expansión de infraestructura de red.
Posición de los ISP (Telefónica, Orange, Vodafone, etc.):
Los operadores de telecomunicaciones argumentan que:
- Las Big Tech representan más del 70% del tráfico total de internet (Netflix, YouTube, TikTok, Meta, Amazon).
- Este tráfico requiere inversión constante en capacidad de red (fibra óptica, 5G).
- Las plataformas capturan valor de las redes sin contribuir a su financiamiento, creando un desequilibrio: “se benefician de redes que no construyen”.
- Europa enfrenta un déficit de inversión de €174-227 mil millones para alcanzar objetivos de Década Digital 2030.
Posición de las Plataformas (Google, Meta, Netflix, Amazon):
Las Big Tech rechazan categóricamente fair share, argumentando que:
- Ya invierten masivamente en infraestructura: CDN, cables submarinos, centros de datos.
- Fair share violaría neutralidad de red al crear discriminación basada en quién paga.
- Crearía un “doble pago”: usuarios ya pagan a ISP por acceso a internet; obligar a plataformas a pagar crearía doble cobro por el mismo servicio.
- Amenaza innovación: Si startups deben pagar por acceso, se crea barrera de entrada insuperable.
En 2023, durante consulta pública de la Comisión Europea sobre fair share, Google, Meta, Amazon y otras formaron la “Alianza por una Internet Abierta en América Latina y el Caribe” (AIA-LAC) para coordinar oposición al fair share en la región.
El Caso de Europa: Tensión Creciente
Europa se ha convertido en el campo de batalla principal de este debate. En junio de 2023, el Parlamento Europeo adoptó una resolución exigiendo “medidas políticas para garantizar una contribución justa de los grandes generadores de tráfico”.
Sin embargo, el debate está lejos de resolverse:
- Comisario Thierry Breton (ex-CEO de France Telecom/Orange) apoya fuertemente fair share.
- Vicepresidenta Margrethe Vestager (responsable de Competencia) tiene reservas sobre impacto en neutralidad de red.
- Estados Unidos ha intervenido en consulta europea oponiéndose a fair share, argumentando que viola neutralidad de red. Irónicamente, EE.UU. actualmente no tiene regulación de neutralidad vigente tras fallo judicial de 2025.
Responsabilidad de Plataformas vs. Neutralidad de Red
Un tema emergente es la tensión entre neutralidad de red (trato igual del tráfico) y responsabilidad de plataformas por contenido ilegal.
El Caso de Brasil 2025:
En junio de 2025, el Supremo Tribunal Federal de Brasil declaró parcialmente inconstitucional el Artículo 19 del Marco Civil de Internet, permitiendo responsabilizar a plataformas sin orden judicial previa por contenidos claramente ilegales (pornografía infantil, terrorismo, etc.).
Esta decisión genera tensión:
- Neutralidad de red protege que ISP no discriminen tráfico.
- Pero si plataformas son responsables por contenido, deben moderar activamente, lo que implica discriminación de contenido.
Posición Latinoamericana: Cautela y Pragmatismo
América Latina ha adoptado una postura más equilibrada que Europa o EE.UU.:
Colombia: La CRC analiza modificar el Fondo de Servicio Universal para que plataformas de contenido contribuyan, sin violar neutralidad directamente.
Uruguay: La Dinatel ha planteado fair share como tema de debate, aunque reconociendo complejidad dada posición dominante del operador público Antel.
Brasil: Anatel realiza consultas sobre fair share, pero con mayor énfasis en garantizar competencia que en crear tasas obligatorias.
Posición Regional: La “Alianza por una Internet Abierta LAC” argumenta que América Latina debe priorizar expansión de acceso universal antes que debates sobre fair share que podrían encarecer servicios.
Un Papel Ambiguo y Contradictorio
Las plataformas digitales desempeñan un papel profundamente ambiguo en el debate sobre neutralidad de red:
Como Defensoras:
- Genuinamente se benefician de neutralidad cuando protege su acceso a usuarios.
- Pueden argumentar convincentemente que neutralidad protege innovación y competencia.
Como Actores Interesados:
- Invierten masivamente en infraestructura (CDN, peering) que les da ventajas que startups no pueden replicar.
- Cambian posiciones según conveniencia comercial (caso Netflix).
- Se oponen a cualquier contribución financiera a infraestructura, aunque consuman 70% del tráfico.
La Pregunta Fundamental:
¿Son las plataformas aliadas de la neutralidad de red o beneficiarias privilegiadas de un sistema que les permite capturar valor sin contribuir proporcionalmente a infraestructura?
La respuesta probablemente es: ambas cosas simultáneamente. Esto hace que el debate sobre neutralidad de red no sea simplemente “usuarios vs. ISP” o “libertad vs. control corporativo”, sino un ecosistema complejo de múltiples actores —usuarios, ISP, plataformas, reguladores— con intereses parcialmente alineados y parcialmente contradictorios.
Para América Latina, la lección es que proteger neutralidad de red no significa automáticamente alinearse con Big Tech. Significa diseñar regulación que proteja innovación, competencia y derechos fundamentales, mientras se asegura que todos los actores que capturan valor del ecosistema digital contribuyan equitativamente a su sostenibilidad.